Aunque Hamburgo es la segunda ciudad más grande de Alemania, la gente es más partidaria de visitar Berlín, Múnich o incluso Frankfurt.
Sin embargo, Hamburgo es una de esas ciudades que te sorprende y que dejan huella.
Es una ciudad marítima… pero sin mar. El agua que rodea la ciudad y que separa la tierra en miles de islotes procede del Río Elba.
Como es de esperar, está muy ligada al agua, para su subsistencia y como un medio de recreo para sus habitantes. Un paseo en barco por su puerto es muy popular y recomendarle.
¿Sabíais que Hamburgo es la ciudad con más puentes en Europa?, ¡más que Venecia!
Una de las cosas que me gusta de Hamburgo es ver los diferentes estilos de arquitectura. Tienes edificios modernos, como su Elphi, el Salón de la Filarmónica del Elba, y otros con un look muy urbano, tipo warehouse.
Como Hamburgo fue bombardeado en la segunda guerra mundial, hay pocos ejemplos de edificios antiguos. Pero por suerte quedó el edificio del ayuntamiento, Rathaus, que fue bombardeado, pero la bomba de pura casualidad no explotó. El exterior del edificio es una maravilla. Te puedes pasar un buen tiempo apreciando todos los detalles de su fachada y arquitectura. Precioso, pero aún hay más en el interior.
Podéis hacer una visita guiada del interior, que recomiendo. Honestamente, no era una cosa que me entusiasmaba demasiado, pero después agradecí un montón haberme apuntado. Me encantó como la guía nos explicó sobre los miles de detalles imperceptibles que te hacen apreciar el edificio aún más. Me hizo sentir que viajabamos al pasado, a un tiempo de riqueza y esplendor en la historia de Hamburgo.
No dejan filmar dentro del edificio pero sí que permiten sacar fotos. Os preparé un simple video de mi visita al Rathaus de Hamburgo.
Si vais a Alemania, Hamburgo es una ciudad muy recomendable, que no deja indiferente a nadie. Incluso si sólo tenéis un día, vale la pena.
Hamburgo no os va a defraudar.